Hace un par de días fui a la biblioteca a buscar un viejo libro de poesía del siglo XVIII que, en realidad, ya había comprado por internet. Como es usual, recorrí las estanterías en orden alfabético a la caza de aquel ejemplar y, de repente, tropecé con un libro de poetas burgaleses. Como no era la clase de literatura que había ido a buscar, resolví que no era el momento para ese libro. Sin embargo ocurrió que, en contra de mi voluntad, mi mano avanzó con enorme magnetismo hacia la estantería y lo extrajo. No fui yo, sino también ella la que abrió el libro. E, incluso, mis ojos se vieron forzados a recorrer el conjunto de autores que componían aquel poemario… y, entonces, se produjo el milagro.
¿Y si siempre había sido así? ¿Y si todos los maravillosos libros que había leído, habían llegado a mis manos de esta manera? ¿Y si yo no hubiera elegido ninguno de ellos? ¿Y si cada libro eligiera siempre a su lector? Es más, ¿y si todos los libros del mundo hubieran elegido la persona que los escribió? Comprendí entonces un par de cosas, que nuestra voluntad es del todo relativa, y que todo tiene su lado oculto y misterioso, igual que la manzana que tapa la cara del autorretrato de René Magritte.
El hijo del hombre, René Magritte
Sobre la pintura, el gran artista declaró: “Todo lo que estamos viendo esconde otra cosa, nosotros siempre queremos ver lo que está escondido por lo que vemos, pero es imposible. Los humanos esconden sus secretos demasiado bien…”
René Magritte
http://magrittesonofman.com/el-hijo-del-hombre/
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Alguno todavía no habrá enlazado qué tiene que ver todo esto con la astronomía, pero el universo está lleno de lados ocultos, oscuros y misteriosos: todo el mundo conoce la cara oculta de la Luna; una enorme capa nubes esconde la superficie de Venus; si no fuera por la forma de engullir estrellas, tal vez no sabríamos nada sobre el tremendo agujero negro de nuestra galaxia; una nebulosa es el maravilloso telón sin abrir que nos impide ver la función estelar; la potente luz de una estrella sirve para ocultar los planetas que la merodean… Como digo, el universo tiene su lados ocultos y misteriosos.
A veces la cegadora lucidez de un científico, impide que veamos al poeta que hay dentro…
Antes apunté que cuando leí el conjunto de autores que componían aquel poemario, el milagro se había producido. Y digo milagro porque es obvio que, por un lado, fui dirigido por algo o alguien y, por otro, me fue revelado un secreto que al menos para mí estaba oculto. Descubrí que entre el grupo de autores del poemario, se encontraba quien apadrina esta asociación astronómica, o sea, el honorable Carlos Briones. Leí detenidamente alguno de aquellos poemas. La poesía de Briones está llena de pinceladas astronómicas: el Universo, la Luna, la Tierra, el polvo de las estrellas, la órbita del Sol, los movimientos planetarios, la materia… todo esto avanza maravillosamente entre metáforas, aliteraciones, antítesis, paranomasias y rimas asonantes… y uno acierta a ver al científico que hay detrás de este poeta, y viceversa. De esta manera, poesía y ciencia se complementan.
Reflexioné un poco sobre todo esto y llegué a la siguiente y extraña conclusión: Todo astrónomo que se precie debería tener un buen libro de poesía en su estantería. Porque tal vez la poesía ha estado ahí en el cielo profundo junto a toda la materia, la energía y los flujos oscuros que vagan inexplicablemente por el Universo. Mejor mirar las estrellas con un buen poemario en la mano, mejor incluso que un planisferio celeste, porque a lo mejor un día descubrimos que el Universo no es otra cosa más que poesía.
Esto me ocurrió un día que fui a buscar un libro que ya tenía y di con otro que no que no quería leer…
Peatón Fernández
De donde estás ausente…
Te escucho entre los ecos disonantes
de un acorde cansino de vihuela.
El roce de tu piel: casi caricia
en el mágico paso de un cometa.
Tu aroma es el regalo de la lluvia
cual profundo perfume de la tierra.
Te contemplo infinita en los reflejos
del intangible polvo de esa estrella.
Y degusto tu cuerpo imaginado
en la espesa humedad de cada niebla.
Súbita sensación de ser sublime
aferrado a tu efímera existencia :
no has llegado a ser luz y ya eres humo,
sólo quedan cenizas del poema.
Carlos Briones
Enlaces para leer a Carlos Briones y saber más:
http://www.mundopoesia.com/foros/temas/carlos-briones.6373/
http://www.elcultural.com/revista/letras/Memoria-de-la-luz/5555
http://www.acgallery.es/index.php/es/artistas-investigadores/16-carlos-briones
One Comment
Carlos Briones
¡Muchas gracias, amigos y compañeros de la AAB! Me alegra que os guste ‘mi cara oculta’ y me ha gustado mucho este post… aunque lo de llamarme ‘honorable’ va a ser mucho decir
Me nombrasteis ‘socio de honor’ de la AAB y lo llevo con mucho orgullo, pero no se sí alguna vez llegaré a ser realmente ‘honorable’, jeje… Hablando más en serio, realmente la ciencia en general -y la astronomía en particular- siempre está agazapada en mi poesía. A veces los temas científicos ‘dan la cara’ un poco más y se convierten en la inspiración central de algún poema. Y es que, como a muchos otros, me gusta combinar ‘las ciencias’ y ‘las letras’… Un fuerte abrazo a todos y os dejo con este link que quizá os guste: http://www.acgallery.es/index.php/es/