Hasta finales del siglo XVIII, el único conocimiento que Occidente tenía sobre la civilización del Antiguo Egipto era a través de los clásicos griegos y romanos, así como todas las referencias que se encuentran en la Biblia. Estas fuentes siempre fueron mínimas si las comparamos con la explosión de descubrimientos realizados en las excavaciones del Valle del Nilo de los últimos 150 años.

Fuentes: