El pasado día 5 de septiembre tuve la suerte de observar al fin Júpiter y Saturno, con un magnífico seeing. Esa noche era todo un espectáculo poder ver a través de un telescopio de 400 mm de abertura una infinidad de detalles, casi como si estuviera viendo una fotografía en alta resolución del planeta. Además hubo la coincidencia que a partir de las 2 a.m. el satélite Ío transitaba delante del disco y unos pocos minutos después, lo hacía su sombra. Pude captar ese tránsito a través de un S/C de 250mm en el que se observa claramente la rápida rotación del planeta en tan solo 20 minutos.

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