Cada vez que nuestra estrella sale y se pone por el horizonte, tiene algo de mágico. Como muchas veces se ha dicho, no hay dos ortos u ocasos que sean exactamente iguales, por eso las sensaciones que producen son diferentes e irrepetibles. Algunas veces ese momento además tiene algo mas especial, como puede ser el caso de este vídeo. Muestra la puesta de sol del 30 de noviembre desde mi terraza, donde las piedras centenarias de la iglesia de San Esteban de Burgos, parecen eclipsar a nuestra poderosa estrella. Por si fuera poco y desde el mirador del Castillo, algunas siluetas de curiosos observadores, se mueven por delante del disco solar como si se tratara de pequeños planetas que se desplazan alrededor del sol. Si os fijáis bien, podréis ver las manchas solares que mostraba nuestra estrella estos días.

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